ACTIVIDAD FÍSICA Y DESHABITUACIÓN AL CANNABIS

El cannabis es la droga de abuso más consumida en España y, en un porcentaje muy alto, entre la población adolescente.

El consumo de cannabis se asocia a una serie de riesgos psicológicos y orgánicos. Psicológicos, porque la ingesta diaria de hachís puede entorpecer las funciones relacionadas con el aprendizaje, la concentración y la memoria de quienes lo consumen habitualmente, favoreciendo el desencadenamiento de trastornos psiquiátricos de tipo psicótico y esquizofrénico. A nivel orgánico, el cannabis provoca que se incrementen los riesgos asociados al consumo de tabaco, especialmente los cardiovasculares. Por ello, y con los conocimientos que se tienen en la actualidad, se puede afirmar que el consumo de cannabis resulta perjudicial para la salud.

A pesar de que son numerosos los trabajos que han evidenciado una relación positiva entre actividad física y/o deportiva, y el proceso de deshabituación de drogas de consumo en general, y del cannabis en particular, actualmente, la mayoría de tratamientos terapéuticos para combatir la drogadicción son de índole farmacológica y psicológica, no incluyendo un programa de actividad física que, además de promover la modificación conductual del individuo, contribuya a su bienestar y a la optimización de las funciones del Sistema Nervioso Central tan afectado por el uso y abuso del cannabis.

La inclusión de un programa de actividad física dentro del tratamiento terapéutico se justifica por su probada eficacia en la mejora del modo y estilo de vida en este tipo de pacientes, además, de tener un costo bajo que facilitaría el acceso de éstos a la terapia rehabilitadora y a la mejora general de las funciones del Sistema Nervioso Central. Todos los estudios revisados ponen de manifiesto, desde un punto de vista fisiológico, la relación directa entre la actividad y el ejercicio físico y la producción de diferentes hormonas y neuroreceptores. Aunque la fundamentación teórica para explicar el mecanismo fisiopatológico por el cual la práctica deportiva deja una sensación de bienestar que puede llegar a sustituir la adicción como si fuera una droga no es unánime, destacamos las hipótesis bioquímicas relacionadas con el incremento de los niveles de endorfinas, el aumento de los endocannabinoides, así como una mayor liberación de dopaminas en el cerebro, fenómenos éstos, que incrementan el estado de ánimo y sensaciones placenteras en las personas.

Los estudios analizados, sugieren de forma general, el ejercicio aeróbico de larga duración para la mayor producción tanto de endorfinas, como un aumento de los niveles de anandamida o una mayor liberación de dopamina. Los estudios más recientes también señalan los mismos efectos en los deportes de alta intensidad y corta duración.

Todos los investigadores coinciden en la necesidad de aplicar un tratamiento terapéutico al proceso de deshabituación al cannabis en los casos de sujetos dependientes a esta sustancia, con el objetivo de alcanzar la abstinencia a la misma a largo plazo. A estos, se suman los recientes estudios en los que aconsejan como necesario considerar la actividad física y el deporte como una herramienta básica para luchar contra el consumo de drogas en general, y en el tratamiento del cannabis en particular. Por tanto, una vez analizados los estudios más relevantes sobre los efectos del ejercicio físico y el deporte en la deshabituación a las drogas en general, concluimos que los programas de actividad física, bajo los parámetros adecuados, pueden constituir un método terapéutico principal en el tratamiento de deshabituación al cannabis en particular.

Tortosa Conchillo JM. Actividad física y deshabituación al cannabis. TFM en actividad física terapéutica. Murcia: UCAM, Facultad de Ciencias de la Salud. 2012.